lunes, 22 de agosto de 2011

Mamá, ¿cuándo puedo empezar en el gym?

Después de ¿cómo nacen los niños?, es una de las preguntas más temidas por los padres. En el extrañísimo caso de que papá y mamá no tengan ya prejuicios formados, siempre habrá cerca un “experto” vecino, familiar, o alguien en la cola del supermercado que se entrometa en la conversación, que asegure rotundamente que los chavales no pueden ir al gym hasta terminar su desarrollo. Se quedará bajito, perderá elasticidad, velocidad y explosividad, aseguran. Sólo les falta decir que les saldrán pelos por las orejas y granos purulentos en el blanco de los ojos.

Pienso que estas afirmaciones se deben a que muchísimas personas creen que el único objetivo posible de ir al gym es convertirse en El Increíble Hulk. En un gimnasio se puede tonificar sin hipertrofiar, bajar de peso, subir de peso, prevenir o rehabilitar lesiones, corregir posturas, recuperar la figura después de un embarazo, aumentar las prestaciones en la práctica de un deporte, etc, etc. o, simplemente, mantenerse en forma.

He vivido muchas experiencias con pequeños deportistas, todas ellas satisfactorias. Yaiza (15 años), Campeona de España de BMX, estuvo en el SOHO haciendo una pretemporada. Su entrenador alucinó con la potencia y resistencia que consiguió. Ismael, un benjamín del Hércules C.F. (12 años) con una deficiencia en los bronquios, incrementó considerablemente su capacidad aeróbica, con lo que empezó a poder jugar los partidos completos a pleno rendimiento.

A ninguno de los dos les interesaba la hipertrofia, cosa por otra parte imposible pues, por edad o sexo, sus cuerpos no producían testosterona suficiente. En cambio, trabajamos la coordinación, la resistencia, la fuerza, etc. Por consideración a sus cuerpos en formación, utilizaron pesos pequeños y realizaron series con muchas repeticiones. Sólo ejecutaron ejercicios en los cuales sus espaldas permanecieron siempre apoyadas y nunca levantaron los pesos por sobre la altura de sus hombros. Además, estiraron a consciencia después de cada entrenamiento.

El profesor Alberto Osete, una autoridad mundial cuando se habla de preparación física de alto rendimiento para tenis, amablemente me permitió divulgar su opinión en este blog:

“Existe ese mito de que los niños no pueden ir al gimnasio. Sin embargo, entre los 12 y 14 años es necesario que empiecen a entrenar con cargas bajas, como apoyo a lo que realizan en la cancha de tenis. Las cualidades más importantes que deben trabajar son la coordinación, el equilibrio y la velocidad. Se debe prestar importancia a la zona media del cuerpo y a las armonías de los grupos musculares, para tener posturas correctas y buen equilibrio.

Un chico de esa edad no logra afirmarse y equilibrarse al dar un golpe. Con la velocidad, la acción de frenado es muy fuerte y todavía no tiene la tonicidad muscular necesaria para frenar, afirmarse, pegar y trasladar el peso al punto de impacto. Entonces se ve un golpe que sale desarmado, porque ellos están desarmados. Como consecuencia de su crecimiento y del cambio de longitud de los huesos, los grupos musculares quedan retrasados en cuanto a la fuerza de las nuevas palancas. Para contrarrestarlas, se debe fortalecer el músculo”

Pero los cambios más espectaculares de entre los niños que pasaron por el SOHO, se ven en los niños obesos. Estos chavales tienen el 80% de probabilidades de convertirse en adultos obesos, con todas las consecuencias sobre la salud, estética y autoestima, que esto implica. Hay un caso paradigmático en el gym, que voy a documentar con la estrategia publicitaria más antigua: El Antes y el Después. Y os aseguro que aquí no se ha aplicado Photoshop en los cuerpos, sólo en los fondos de las fotos, para que queden limpios. El protagonista de esta historia puede dar fe en un comentario.

José Manuel llegó al gym con 12 años siendo un retaco de 1,55 metros de altura, 90Kg. de peso y 34,7% de grasa. Hoy es un atleta de 16 años, 1,83m, 72Kg. y 9,3% de grasa. Además de tonificar todos los músculos, quemó la grasa que le sobraba y creció ¡28cm! Juzgad vosotros mismos el cambio (*Los progresos pueden variar de persona a persona).


Su metabolismo ha cambiado. A poco que se siga cuidando, nunca más recuperará su antigua figura. No sé si él es totalmente consciente de lo que ha conseguido y de cómo esto mejorará su calidad de vida, pero se merece una enhorabuena por la constancia que ha tenido estos casi 4 años. También hay que felicitar a sus padres que han pagado la cuota del gym durante todo este tiempo. Les agradezco de corazón el haberme confiado a su niño.

Mi admirado primer profesor de fitness en España, D. Ramón Lacaba Velasco, se tomó la molestia de escribirme para compartir su enorme sabiduría con vosotros en este blog:

“Cuando desde el desconocimiento creamos una opinión, lo normal es que sea equivocada. Llevo 26 años formando profesionales del trabajo con cargas y puedo presumir de haber tenido cerca de 11.000 alumnos. Al principio, por los años 80, escuchaba determinadas opiniones sobre el entrenamiento con cargas y a pesar de la formación recibida, a veces la sospecha de que aquello fuera cierto pesaba en mi cabeza.

Sin embargo, con el paso de los años, las cosas las tengo más que claras y no sólo yo, si no los mejores expertos en actividad deportiva, llegamos a una conclusión que, por rotunda, puede parecer exagerada: El trabajo con cargas mejora la calidad de vida de aquel que lo practica. Y esto no tiene excepciones. Lo importante, lo difícil, es saber qué carga de trabajo se debe utilizar y qué ejercicios se deben realizar, en función de dos cuestiones: La primera, es a quién se le va a aplicar ese trabajo. La segunda, qué objetivo se persigue.

Si somos capaces de expresar con claridad las respuestas de las dos, podemos empezar a pensar en un entrenamiento. Entonces, ¿por qué muchas personas tienen la idea de que trabajar con cargas es nocivo para la salud e incluso se llegan a plantear que un entrenamiento de este tipo nos hace perder velocidad, puede retrasar el crecimiento o disminuir nuestra movilidad?

Pues la respuesta es sencilla: la enorme falta de profesionalidad en este campo. Estoy harto de ver salas, algunas de empresas con nombres muy boyantes, en las que no hay un autentico líder, con los conocimientos y la dedicación adecuados.

Pero si disponemos de esa figura, podemos tranquilamente dejar en sus manos nuestra salud. Aunque esto parezca muy fuerte, es la realidad. Nadie va a perder velocidad, ni va a retrasar su crecimiento y por supuesto no va a perder movilidad. Si lo dudáis, fijaos en los 8 sujetos que se colocan en la línea de salida en los 100 metros lisos, en una final Olímpica y preguntaos: ¿Están musculados? ¿Son lentos? ¿Son bajitos? ¿Tienen poca movilidad?

Hablamos de atletas con una musculatura espectacular, que les permite ser los más rápidos de la tierra, con estaturas muy superiores a la media y, si los vemos hacer trabajos de movilidad, nos pueden parecer gimnastas.

También podemos entrar en el apartado de la perdida de peso. El que un trabajo con cargas puede ser definitivo es algo que ningún experto duda. El entrenamiento favorece que nuestra masa muscular consuma más y por lo tanto nuestro metabolismo basal aumente, lo que propicia una tendencia a adelgazar. Naturalmente, si la ingesta aumenta, con el entrenamiento no se perderá volumen, pero si la ingesta al menos se mantiene, esa perdida de volumen, no de peso, se producirá.

Y por último: ¿cuándo se debe empezar a trabajar con cargas? La respuesta es radical: Trabajamos con cargas desde que llegamos a este mundo. Tratad de imitar los gestos de un niño de tres años durante una jornada, haced exactamente lo que haga y al día siguiente, seguramente no os podréis mover de la cama.

¿Entrena con cargas? ¡Claro que entrena con cargas! Probad mover una silla a la que no llegáis con la frente al asiento, subid y bajad mil veces a un sofá que os llega por el hombro y haced todo aquello que se le puede ocurrir a un crío de esa edad. Es más, si reprimimos al niño y no le dejamos hacer esos trabajos, no sólo estaremos retrasando su formación física, si no también la mental. Para la formación completa del sujeto, los trabajos con cargas son indispensables.”


Espero que con el relato de mis experiencias en el SOHO y la opinión de dos personas tan cualificadas, esta entrada del blog haya contribuido a destruir el mito. El gimnasio no retrasa el crecimiento ni es perjudicial para los adolescentes. Con el entrenamiento adecuado, a partir de los 12 años, sólo pueden obtenerse beneficios. Eso sí, papá y mamá: Aseguraos que en la sala siempre haya un monitor preparado para ese desafío.

Para terminar, os cuento que un niño de 9 años lleva a su madre loca porque está desesperado por venir a entrenar. Él la arrastró hasta el SOHO para preguntarme si ya podía empezar. Le expliqué que debía crecer más, para poder llegar a los pedales de las bicicletas y no perderse en el asiento de la prensa de piernas. Encajó la respuesta con gran frustración, pero a la semana siguiente, lo tenía aquí de nuevo. Quería saber si ya había crecido lo suficiente.

Ojalá muchas más personas tuvieran esa misma ilusión.

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También quiero agradecer especialmente a mi gran Director de Arte de mi etapa como publicista, César “Culebra” López, que me echó una enorme y generosa mano con las fotos y a los prestigiosos ponentes que colaboraron altruistamente en esta entrada.

http://www.sohofitnessclub.com/

*Valores de peso, grasa y músculo obtenidos con Tanita Inner Scann.

Fuentes:

Prof. Alberto Osete: Profesor Nacional de Educación Física y Psicólogo Social especializado en entrenamiento deportivo, específicamente en tenis, desde 1981. Disertó en diversos cursos, seminarios y congresos de preparación física de orden nacional e internacional. Trabajó como preparador físico en los más importantes centros de entrenamiento de Argentina. Entrenó a Eduardo Bengoechea, Gabriela Sabatini, Martín Jaite, Alberto Mancini, Franco Davin, Paola Suárez, Guillermo Coria y Gastón Gaudio, entre otros. Formó parte del equipo Nacional de Copa Federación en el año 2001 y fue preparador físico del equipo Nacional de Copa Davis entre el año 2000 al 2004. Actualmente se desempeña como responsable del área de preparación física en la Asociación Argentina de Tenis. http://www.albertoosete.com

D. Ramón Lacaba Velasco:
Director de la Escuela Nacional de Entrenadores CMF, de la Federación Española de Halterofilia. Director de Unidades Deportivas pertenecientes al Instituto Municipal de Deportes de Madrid. Licenciado en Educación Física INEF, Doctorado en Educación Física, Master en administración y dirección del deporte. Títulos y Maestrías en Voleibol, Natación, Fisicoculturismo, Badminton, Baloncesto, Entrenamiento personalizado, Socorrismo acuático, Submarinismo. Entrenador durante 6 años del Equipo INEF Voleibol Femenino, 1ª División Nacional. Brindó infinidad de cursos y ponencias por toda España y asistió a tantos seminarios y simposios que de escribirlos todos, ocuparían lo que este blog. http://www.enecmf.es

http://www.tennis7.net