martes, 24 de noviembre de 2009

Ningún músculo tiene más fuerza que la mente.

Por problemas personales, uno de los socios del SOHO perdió en un mes, todo el músculo que había ganado, trabajosamente, en seis. Él venía a entrenar con la constancia que le caracteriza, pero su cabeza no. Viene esto a cuenta, para intentar explicar el poder de la herramienta más fabulosa de la que disponemos para ponernos en forma: la mente.

En todo gimnasio hay gente moviendo peso desde el punto A al B y también hay gente que entrena a conciencia. Esa palabreja implica el uso de la mente y supone una diferencia abismal, en cuanto a los resultados que conseguiremos. Aprendamos, entonces, a utilizarla a nuestro favor.

Lo más importante que debemos hacer antes de empezar a entrenar es definir un objetivo claro: Perder 5Kg de peso, ganar 3Kg de músculo, reducir 5cm de cintura, definir al máximo los músculos, mantenerse en forma. Si no sabemos dónde queremos ir, difícilmente llegaremos al puerto elegido.

Lo segundo es desearlo. Y desearlo mucho. ¡Muchísimo! Como ya vimos en la entrada de las excusas, siempre habrá una tentación dispuesta a hacernos claudicar. Debemos alimentar ese deseo todos los días, recordando nuestro objetivo.

Tercero: disciplina, necesaria para conseguir cualquier cosa en la vida. Sin ella, terminas donde te lleven las circunstancias y no donde has decidido ir.

Por último, acción. Todo el mundo tiene ideas geniales, pero muy pocos las llevan a cabo.

Si realmente queremos transformar nuestro cuerpo, debemos enfrentarnos al reto con mentalidad positiva. Si no nos creemos capaces de lograrlo, no pondremos todo de nosotros y fracasaremos. Hay un ejercicio en el que esto se ve perfectamente: las dominadas. http://magisnef.files.wordpress.com/2007/04/71520401_32405b3ad1_o1.jpg

La gente que asegura que no será capaz de levantar su propio peso, nunca lo conseguirá. Es un ejercicio para creyentes, hay que tener fe. Si no creéis, vuestra mente será la primera barrera. Y es una barrera infranqueable. El que cree lo intentará, fracasará, probará de nuevo y volverá a fracasar, hasta que lo consigue por tenacidad. Y es increíble, pero cuando se consigue hacer la primera, al poco tiempo se hacen diez. Fe.

Leí una vez un artículo que me pareció genial: “La suerte favorece a los optimistas”. Era un estudio sobre los golfistas que más “Hoyos en uno” metían. No eran los que pegaban más fuerte, ni los de mejor swing, ni nada por el estilo. ¡Eran los más optimistas! Está claro. Para decidir arriesgar a tirar un Hole in one, primero tienes que estar convencido de que lo vas a meter.

Cuando todo lo anterior se cumple y estamos decididos de la transformación que queremos realizar, lo más conveniente es pedir consejo a alguien con experiencia. La teoría del fitness ya está muy desarrollada como para perder tiempo con experimentos de prueba/error o para pretender que radio Macuto guíe nuestro progreso.

Pero una vez que decidimos ponernos en manos de un monitor en particular, hay que confiar en él y dedicarse ciegamente a seguir sus rutinas, sin cuestionar la validez del método, pase lo que pase, durante un tiempo prudencial. Karate Kid hoy no sería famoso de haber mandado a Miyagui a limpiarse su coche. Resultó que “pasar cera y pulir cera” tenía un propósito. Si no confías en tu instructor, más vale que sigas tu propio librillo. Pequeño saltamontes: Sólo tendrás éxito si crees en lo que haces.

La mente es mucho más poderosa de lo que pensamos y podemos convertirla en la aliada más efectiva para transformar nuestro cuerpo. Ella controla totalmente la materia. Cuando soñamos, por ejemplo, la mente nos provoca agitación y taquicardia. Muchas enfermedades psicosomáticas, incluido el cáncer, son causadas, al menos en parte, por los pensamientos de los pacientes.

Para que la mente nos ayude en nuestro propósito, es importantísimo que logre una conexión plena con el músculo. Empecemos contrayendo y estirando el músculo que vamos a trabajar, para aislarlo mentalmente. Nos ayudarán bastante algunos conocimientos de anatomía. Luego, al comenzar con el ejercicio, focalizaremos la energía aplicada en ese músculo y sólo en él, realizando máximos recorridos, para que se implique la máxima cantidad de fibra posible, y sintiéndolo en toda su extensión.

Cuidado con los pesos excesivos. Es la primera causa que arruina una buena técnica. Recordad que estamos entrenando el cuerpo, no el ego. La gente experimentada suele entrenar con pesos relativamente ligeros, porque logran que el 100% del peso estimule el músculo elegido. El gran secreto: una técnica depurada y la focalización mental.

Hace poco, encargué de los Estados Unidos un libro con el sugerente título de: “La Biblia para Esculpir Cuerpos Masculinos”, de los autores James Villepigue y Hugo Rivera. De cada libro nuevo suelo sacar algún agarre curioso, una rutina distinta o una forma diferente o más clara de explicar algún concepto y poco más. Pero éste, antes de empezar a hablar de músculos, tiene un capítulo entero dedicado a la mente, que me pareció muy interesante.

Los autores proponen un revolucionario ejercicio de visualización: imaginarse y hasta sentir que los cambios que queremos para nuestro cuerpo ya se han producido. Este ejercicio tiene una base científica y es que el subconsciente no puede diferenciar qué es real y qué es imaginario y se pondrá a trabajar para que la fantasía se transforme en realidad pura y dura.

Ahora que tenéis una nueva aliada para hacer realidad vuestros deseos, empezad a soñar y os espero más que nunca en el gym.

http://www.sohofitnessclub.com/

Fuente: “The Body Sculpting Bible for Men”. James Villepigue y Hugo Rivera.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Mi sofá no me deja ir al gym

Siempre digo que podría escribir un libro con las excusas para no venir al gimnasio que he escuchado en mi vida. Sería un best seller humorístico, créanme. Cuando comencé a escribir esta entrada del blog, recordé una obra maestra de la publicidad mundial: http://www.youtube.com/watch?v=fSDjVHFHbcQ

Que si hace calor, que si hace frío, que si llueve, que si la baja presión atmosférica, que voy a sacar el carné, que estoy constipado, que los exámenes, que el niño está en vacaciones, que si empezaron las clases, que como me voy al pueblo 1 semana y media, etc, etc, etc. Sólo me falta la del sofá. No conozco a nadie que tenga tiempo para ir al gimnasio. El hueco para el gym hay que fabricárselo. Muchas de las ocupadísimas personas que no encuentran hueco para cuidarse se conocen de memoria los diálogos de las 11 ediciones de Gran Hermano.

Hace 22 años entré por primera vez en un gimnasio. Tenía muy claro que quería transformar mi cuerpo. Desde entonces, tuve 3 trabajos a la vez y ninguno, terminé una carrera y casi otra, emigré una vez y otra vez, tuve 2 empresas, hice dinero y lo perdí todo, recogí vasos, fui camarero, portero en una disco gay, estudié inglés, trabajé como personal trainer, como modelo y hasta aparecí en algún capítulo de Médico de familia. Finalmente, trabajé 7 años como creativo publicitario … y nunca dejé el gym. Cuestión de prioridades, imagino.

Por supuesto, cuando llega la hora de ir al gimnasio, se te ocurren mil y una otras cosas más apetecibles que hacer. Creo que la clave es tomárselo como algo placentero, un momento para olvidarnos de todo y cuidar nuestra salud y aspecto. Debemos intentar transformarlo en un hábito y disfrutarlo. Los beneficios por ese pequeño tiempo invertido son tantos y tan grandes que valen la pena:

- Mantiene el peso bajo control, con el consiguiente alivio para el corazón y las articulaciones.
- Regula la tensión arterial.
- Baja el colesterol malo y aumenta el bueno.
- Mejora la densidad ósea y fortalece las articulaciones.
- Ayuda a prevenir enfermedades tales como la diabetes, alzheimer, infartos de miocardio y cerebro.
- Incrementa el IMM (Índice de Masa Magra o Muscular).
- Reduce el IMG (Índice de Masa Grasa o Lípidos).
- Mejora la postura corporal.
- Mejora el funcionamiento del Sistema Nervioso, Circulatorio, Digestivo, Reproductor, Respiratorio y Endocrino.
- Mejora la flexibilidad articular y la elasticidad muscular, previniendo la rigidez corporal.
- Previene los dolores de la columna vertebral (cervicales y lumbares).

Pero si esta lista impresiona, los resultados más espectaculares pueden darse a nivel psicológico. He sido testigo de primera mano de cómo puede cambiar el carácter de una persona cuando está a gusto consigo misma, lo que transforma absolutamente su manera de relacionarse con los demás, en todos los ámbitos, incluidos el laboral y el sentimental:

- Mejora el estado de ánimo y ayuda a tener una actitud positiva.
- Produce sensación de bienestar y placer.
- Aumenta la tolerancia al dolor.
- Aumenta la autoestima y la confianza.
- Disminuye las tensiones y el stress.
- Disminuye la ansiedad.
- Disminuye la depresión.
- Permite una mejor calidad del sueño.
- Aumenta rendimiento intelectual (mejora procesos cognitivos).
- Mejora la vida sexual y emocional.
- Fortalece el espíritu.
- Libera endorfinas, una hormona que se segrega también durante los orgasmos, que produce una sensación de bienestar y elimina el dolor.
- Aumenta la producción de serotonina, que influye en el estado de ánimo, la relajación y en la inhibición del enfado y la agresión. También regula el apetito, nos ayuda a dormir mejor y evita la depresión.

Si le damos tiempo, el cerebro asociará ir al gimnasio con esa sensación de bienestar y, al igual que sucede con las drogas, engancha. Pero no os preocupéis, no hay vicio más sano. Estoy absolutamente convencido que el estar en forma puede cambiarte la vida.

Imaginen un tratamiento que tuviera todos estos efectos. ¿Cuánto valdría? Pues está a vuestro alcance dedicando una hora y cuarto, tres veces a la semana de vuestro tiempo.

“Cuando falta salud”, escribió Herófilo, el médico de Alejandro Magno, "la sabiduría no puede revelarse a sí misma, el arte no puede manifestarse, la fuerza no puede combatir, la riqueza se vuelve inútil y la inteligencia no puede ser aplicada”.

http://www.sohofitnessclub.com/